Dolores Coronada
y Soledad
Los Siete Dolores de la Vírgen.
Día

Igualmente, según San Alfonso María Ligorio, nuestro Señor reveló a Santa Isabel de Hungría (1207-1231) que El concedería cuatro gracias especiales a los devotos de los dolores de su Madre Santísima. En este caso se sitúa esta devoción aún muchos años atrás: 

– Aquellos que antes de su muerte invoquen a la Santísima Madre en nombre de sus dolores, obtendrán una contrición perfecta de todos sus pecados.

– Jesús protegerá en sus tribulaciones a todos los que recuerden esta devoción y los protegerá muy especialmente a la hora de su muerte.

– Imprimirá en sus mentes el recuerdo de Su Pasión y tendrán su recompensa en el cielo.siete dolores 2

– Encomendará a estas almas devotas en manos de María, a fin de que les obtenga todas las gracias que quiera derramar en ellas.

En Álora, nuestro caso particular, debido a la gran devoción mantenida de siempre a la Virgen de los Dolores, la práctica del rezo de los Siete Dolores ha sido algo cotidiano. Hablando de la devoción a la Virgen de los Dolores en Álora, me llega a través de Don José Morales Garcia, por quien sabemos tantas cosas de todo lo relacionado con nuestro pueblo, unos datos extraídos del Archivos Histórico Provincial de Málaga que transcribo seguidamente:

Don Francisco Ruiz Pérez testó el 19 de noviembre de 1834 ante el escribano don Francisco Ramírez Hidalgo. Fallece el 29 de noviembre de 1840. Entre otras cosas dejo dicho: ser enterrado con el hábito de San Francisco de Asís en el panteón del Convento de Nuestra Señora de Flores. Dona 800 reales de vellón para que con dicha cantidad se construya un ‘retablito’ a la imagen de Nuestra Señora de la Cabeza y otros 800 para sobredorar el altar mayor del Beaterio de la Villa y 100 reales para costear una imagen de la Virgen de los Dolores que se coloque en la ermita del Calvario de la Villa (Archivo Histórico Provincia de Málaga. Legajo 4.037. Escribanía de Don Francisco Ramírez Hidalgo).

A partir de este documento hay que contar con la existencia en Álora de una tercera imagen más de la Virgen de los Dolores junto con las de la Parroquia y la de la Veracruz.

Nosotros, no solo le hemos rezado los dolores, sino que además, se lo hemos cantado  desde siempre. Cuando en su día se celebraban septenarios en honor de la Virgen de los Dolores durante la cuaresma, cada noche se oían los Siete Dolores en su versión cantada.

Llegó un tiempo en que se perdieron los septenarios (siete días consecutivos de culto a la Virgen que era expuesta en el altar mayor con gran dosel que cubría todo el altar, cantidad de flores, velas y todo lo necesario para la ocasión), también se perdió la costumbre de cantar los dolores. Los últimos años que se cantaron  se los debemos a la Señorita Laura junto con sus compañeras y niñas.

Por cierto, en la tarde del día 22 de marzo de 2012, las cenizas de Socorro Sánchez Ruíz “Señorita Socorro” fallecida recientemente, han sido depositados junto a los de la Señorita Laura en la Providencia Parroquial tras la celebración de la liturgia.

Hoy, gracias a un grupo de voces que se esmeran cada año en cantarlos, podemos disfrutar de dicho canto al tiempo que meditarlos esperando ser recompensados como las gracias prometidas. Nuestra Semana Santa desde hace unos años cuenta con un impresionante momento que sirve de preámbulo a la misma. La imagen de nuestra Virgen de los Dolores, a media luz, al olor del sahumerio y ante la atenta mirada de sus fieles; es trasladada en procesión claustral desde su altar al trono de palio donde hará su estación de penitencia la noche del Jueves Santo y, precisamente lo hace, a los sones de los Siete Dolores cantados de una forma magistral por un grupo de personas que lo han recopilado de otras que, a su vez,  conservaban este cantico con sus antiguas tonalidades sin cambiar para nada la forma de hacerlo.

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Escrito por D. José Díaz Borrego 

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