El 25 de Noviembre es el decimocuarto aniversario de la Coronación Canónica de la Virgen de los Dolores. Tuvo lugar el año 2.000 y le fue concedida con motivo del segundo milenio de la Era Cristiana. Con tal motivo se desarrollaron numerosos actos, tanto religiosos como culturales. Debido a la vinculación que tiene la Legión con esta cofradía, le fue entregada a dicho cuerpo la Medalla de Oro de la ciudad de Alora. Para concluir los actos, dicho día 25, tras un solemne Pontifical de Coronación, se procedió a la Procesión Extraordinaria de la Virgen ostentando ya el título de “Coronada”. Seguidamente transcribimos la aprobación por parte de la autoridad eclesiástica de la Coronación Canónica:
A lo largo de la preparación y celebración del Gran Jubileo, siguiendolas indicaciones del Santo Padre y del Proyecto Pastoral Diocesano, hemos contemplado a la Virgen María íntimamente unida al Misterio de su Hijo. Estimamos que es éste un momento de gracia especial que deber ser aprovechado en beneficio del pueblo de Dios, especialmente de los numerosos devotos de María Santísima de los Dolores y Soledad, que ha suscitado tantas plegarias y oraciones entre nuestro pueblo más sencillo, que ha sabido descubrir a través del dolor de la Madre el acto redentor y salvífico de su Hijo. Por ello, cumplidos todos los trámites canónico – litúrgicos y de conformidad con cuanto se señala en el Ritual para la Coronación de una Imagen de la Santísima Virgen María, con gozo y alegría DISPONEMOS:
Que la sagrada imagen de María Santísima de los Dolores y Soledad, que se venera en el pueblo de Álora, sea coronada Canónicamente para mayor gloria de Dios Uno y Trino, de la Santísima Virgen María, Madre de Dios y Madre Nuestra, para bien de la Santa Iglesia y de todo el pueblo de Dios. “Se alegra mi espíritu en Dios mi Salvador” (Lc 1, 47). Estas palabras de la Santísima Virgen María inspiran nuestro canto de alabanza en este Año Jubilar, Año de Gracia, que proclama a “Jesucristo ayer, hoy y siempre” como Salvador y Redentor del mundo.
Dado en Málaga, a seis de Noviembre del año dos mil. Año Jubilar.
Por mandato del Excmo. y Rvdmo. Sr. Obispo
El Secretario General – Canciller.