Dolores Coronada
y Soledad
La Despedía
Día

En Álora, la “Despedía” es una tradición que parte de una representación de la Pasión, establecida aquí sólidamente y admitida por la conciencia social de muchas generaciones. Se piensa que posiblemente se remonta a los tiempos en que se asientan en esta Villa, tras la Reconquista, aquellos castellanos procedentes de las tierras de Jaén donde se representaban los Encuentros, realizados principalmente en Mancha Real y pueblos adyacentes. De forma que si la devoción a la Virgen de Flores nos llega con la repoblación que proviene de la provincia de Huelva, la “Despedía” que ennoblece los sentimientos del espíritu religioso de los perotes, se entiende que tiene su procedencia de la provincia jienense.

En Álora se celebraban también conmemoraciones bíblicas a través de sus Autos, el de Navidad y de la Pasión(1). De nuestro Auto de Pasión se ha podido rescatar algunos versos (2). Estos se representaban en el pórtico de la entrada principal de la Parroquia, en la Plaza Baja, donde precisamente hoy recogemos algo tan genuino de nuestra Semana Santa como es la “Despedía”.

(1) En el Auto de la Pasión o “Los Pasos”, como se le denominaban en Álora, intervenían principalmente tres personajes bíblicos: Abraham, su hijo Isaac y el Ángel. Dejó de representarse en 1859.

(2) Fernando García Sánchez. Revista Dolores Cuaresma 1993. Isaac a su padre Abraham: “Así suplicó, Señor, / dulce dueño, padre amado, / me saquéis de los recelos / y dudas en que me hallo / y me digáis, si es posible, / y merezco vuestro agrado / dónde la víctima está / de este sangriento holocausto.

Descripción.

Quien ha estado en la Despedía guarda de ella un imborrable recuerdo por el profundo sentido que representa. Para hacer la Despedía, se contempla como de los varales se retiran la mayoría de los portadores quedando sólo ocho personas en cada uno de los tronos, cuatro delante y cuatro detrás, dos en cada varal, siendo las cuatros personas delanteras de ambos tronos las que se arrodillan y levantan al unísono tres veces a la señal del mayordomo de la ceremonia, de forma que cada vez que se levantan los dos tronos se acercan un poco más. Dicho acto tiene lugar en la Plaza Baja de la Despedía, la plaza más antigua del municipio, alrededor de las dos de la tarde.

Los allí reunidos se convierten en sujetos de la Promesa, en testigos de fe. Se hace un tenso silencio y un escalofrío antecede al arrodillarse los portadores delanteros de los dos pesados tronos barrocos, silencio que se ve desbordado con la elevación de las imágenes ante el gesto del director. Ésta tensión se alarga entre el corto recorrido de este encuentro intercalado por las tres genuflexiones de la Despedía. Después Jesús camina a paso ligero por la calle Ancha hacia las Torres, manteniendo en la lejanía la mirada de su Madre, que se recoge posteriormente en la Parroquia. Despedía que Álora sabe escenificar recordando la emotiva escena del paso del Nazareno por la calle de la Amargura, que de da de cara con su Madre y se despide con una mirada hasta el Calvario, desahogo de dos corazones que conocemos sólo por la tradición admitida en la Iglesia. Jesús Nazareno, destrozado anímicamente por la agonía de Getsemaní y físicamente por los tormentos recibidos en el pretorio, falto de fuerzas para sostener el peso del madero sobre sus flagelados hombros, comiéndose a la Virgen a través de sus ojos entreabiertos por impedírselos los cuajarones de sangre de su cabeza herida, quiso decirle ¡Madre!. Al poco rato, colgado en el madero, la llamará ¡Mujer! Mujer, ahí tienes a tu hijo. Y aquí, antes de subir para las Torres, le encarga que cuide y disculpe a todos sus hijos, los perotes y los forasteros que cada Viernes Santo no faltan a esta cita y también a los que por múltiples motivos no pueden acudir.

El día 26 de Febrero de 2.003 publica el diario SUR de Málaga que la “Despedía” ha sido declarada fiesta de interés turístico nacional, primera Semana Santa en la que este acto es declarado así por la Consejería de Turismo y Deportes de la Junta de Andalucía. Noticia que alegra enormemente a todos los cofrades de Álora y en especial a los pertenecientes a la Hermandades de Nuestro Padre Jesús Nazareno de las Torres y a los de la Cofradía de María Santísima de los Dolores Coronada que son los que participan activamente en este emocionante acto de la “Despedía”.

Puntos de vista de la “Despedía”.

Un doloroso de pro como lo fuera Pedro Vila García, describe así los prolegómenos de la “Despedía”:

De pronto se escucha un ¡oh…!

y asoman por las dos calles

por una viene Jesús

y por la otra Dolores.

Él lleva a hombro la cruz,

y Ella, en el pecho sangrante,

clavado un rayo de luz.

En la Despedía, afirmaba don José María Oropesa López, los nazarenos que van en cabeza llevando los tronos, caen al mismo tiempo postrados de rodillas, mientras los corazones oran y los labios musitan una plegaria. Es la Madre que pasa invitando a sus hijos para encontrarse en plena calle con ellos, para reconciliarse con todo el pueblo, y le cantan (Antonio García Pañero):

Como en nube de pétalos te llevan

por empinadas calles, tus cofrades,

flotando entre cabezas sin edades

cuyas bocas plegarias a Tí elevan.

Efemérides.

En 1953, el Presidente de la Cofradía de María Santísima de los Dolores recibió la notificación número 354 del Ayuntamiento de Álora de fecha 31 de marzo, con el siguiente texto: “Con el objeto de evitar posibles desgracias personales y destrozos en las imágenes, debido al excesivo peso de los tronos, por esta Alcaldía se ha dispuesto prohibir el arrodillarse portando imágenes durante la Semana Santa. Sírvase firmar el duplicado de la presente notificación para la debida constancia”. Firmaba el Alcalde don Antonio Trujillo. 

Se celebró la Despedía en la Plaza del Generalísimo después de intensas deliberaciones entre esta Cofradía y la Hermandad de Jesús que tienen lugar en la casa del párroco don Miguel Martín García. El piso de la Plaza Baja, al estar mojado, no reunía las condiciones idóneas con el gravamen del peso de los nuevos tronos y se realiza ésta sobre el pavimento terrizo de la Fuentarriba.

Fuente:

Dolores Coronada Álora 1859-2009” por Felipe García Sánchez.

 

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