
Coronada, como Reina y Señora de los cielos, en su pecho un puñal con motivo del sacrificio y Dolor por la perdida del fruto de su vientre Jesucristo, y en su cara, esas lagrimas que como agua se deslizan hacia el pañuelo que lleva en su mano izquierda, mientras pide con ayuda del rezo del santo Rosario.Vestidor: Gonzalo Aneas Cambil.