Se supone que los cofrades como responsables y más al tanto de lo que se celebra, fueron los verdaderos protagonistas de las jornadas, pero el público en general no les fue a la zaga, ya que llenó las iglesias en un ambiente de solemnidad y buen comportamiento ante las imágenes. Málaga, que nunca se había prodigado en esto de los besamanos multitudinarios como otras ciudades, parece que hubiera estado toda la vida haciéndolo. Este comportamiento podemos pensar que se debe a que el año de la Fe ha calado entre la gente de la calle y lo ha comprendido perfectamente.
Era una verdadera alegría ver a familias enteras pasar delante de la Imágenes con tanto respeto, santiguarse, besar la mano pasando después por la misma el pañuelo destinado a tal efecto. O toda clase de personas esperando una cola, o varias en el caso de algunas iglesias, para besar la mano de las Vírgenes, mirarlas a los ojos o dedicarles un breve comentario o rezo. Para cualquiera que, sin saber nada de todo esto, estuviera observándolo debió de ser algo sorprendente. La procesión como punto final de los actos fue una mezcla de religiosidad, amor por las Vírgenes y un lujo en cuanto al desfile procesional.
Cuatro Vírgenes salieron en sus tronos como lo hacen en la Semana Santa, luciendo sus mejores galas y esmerado gusto en las flores; y las otras tres, llevaron a cabo una muy acertada innovación que hizo las delicias de todo el mundo pues era la primera vez que se veían así en la calle. Preciosas la Trinidad, la Concepción, Gracia y Esperanza y la Caridad. Por su parte Dolores del Puente no procesionó a su titular, sino que lo hizo con la Virgen de la Encarnación que en Semana Santa va al pie de la cruz en el trono del Cristo. Fue un gran acierto por parte de la cofradía y una gran sorpresa para todos ya que, para ello, utilizaron el trono procesional de la Virgen de los Dolores del puente, pero sin palio, y a la Virgen de la Encarnación le pusieron unas ráfagas de plata al estilo de la vírgenes de gloria y el manto recogido de una manera especial que llamó la atención por su belleza. Por su parte la cofradía del Monte Calvario hizo algo parecido procesionando, no a la titular Del Monte Calvario, sino a Ntra. Sra. de Fe y Consuelo que forma parte del grupo escultórico El Misterio de la Sagrada Mortaja. También tuvo todos los comentarios a su favor. Y para terminar nos falta la titular de la Agrupación de Cofradías, La Reina de los Cielos. También fue diferente a como se suele ver el Domingo de Resurrección pues igual que La Encarnación y Fe y Consuelo no llevaba palio ni candelería, sino ocho arbotantes muy bien situados en el trono y vestida con un delicado toque de Virgen de Gloria.
La procesión en su conjunto fue un gran éxito con las calles adornadas y llenas de gente expectantes, los tronos llevados con gran delicadeza, la música, los cortejos de cada cofradía y, para colofón el paso por delante de la catedral adornada con mucho gusto y presidida por la imagen de Cristo Resucitado. En este lugar eran recibidas cada una de las Vírgenes y tanto el Sr Obispo como sacerdotes y cofrades le dedicaban plegarias y comentarios referidos a las virtudes que representaban cada una. Una vez acabado este acto las cofradías recuperaban su banda de música y emprendían el regreso a sus respectivos templos donde, como suele ocurrir en estos casos, eran esperadas por los vecinos de cada barrio para acompañarlas hasta su encierro.
Adjuntamos fotografías originales de los besamanos en las que se puede apreciar la esmerada preparación de los mismos y la belleza de los enseres, mantos y sayas. Las fotografías de la procesión son desde calle Larios, plaza del Obispo y algunas en los propios templos o casas hermandades.
Escrito por D. José Díaz Borrego.
