El retablo de la Vírgen de los Dolores.
Ya en anteriores artículos hemos hablado tanto del origen de la Imagen de la Virgen de los Dolores como del antiguo trono. Hoy, una vez recopilados datos, lo hacemos del retablo del altar donde la podemos contemplar en nuestras visitas a la Encarnación. La Virgen de los Dolores preside el mismo altar desde la construcción de nuestra parroquia, es decir, desde el año 1.699 en que se terminaron las obras, que duraron cien años.
Como tantos altares del magnífico templo, tenía su correspondiente retablo del que se pueden observar en la parte más alta algunas señales del mismo. La importancia del retablo es algo indiscutible, debido a la gran devoción de la que siempre ha sido objeto nuestra Virgen y el hecho de que delante de Ella estaba expuesto el Sagrario con el Santísimo Sacramento.
Este retablo, como el resto de la Iglesia, desapareció junto a tantas obras de arte que existían en ella. La construcción del actual retablo se debe a la aportación económica que hizo la hermana de la cofradía Doña María Teresa Berlanga, de la que ya hemos hablado en otras ocasiones. Dicha aportación la hizo con la venta de un olivar de su propiedad.