Los Santitos del Altar de la Vírgen.
El mes de noviembre siempre ha sido distinguido como lúgubre y triste. Es normal porque los días son cortos y de poca luz, las noches largas, y si el año da agua, por lo común generoso. Incluso se está extendiendo cada vez más entre las cofradías el vestir a sus vírgenes de luto durante todo el mes. Pero más que nada porque solo empezar se celebra el día de los difuntos; y eso que este día no tiene nada que ver para como era el día de los difuntos hace unas décadas. (Cuadro: Émile Friant, 1.889, Día de todos los difuntos).
Durante varios días un grupo de muchachos (monaguillos por lo general) recorría las calle con unas canastas en las que los vecinos depositaban alimentos. Estos alimentos les servían de manutención para el día de los santos y el de los difuntos en los que no salían para nada del campanario. Las campanas no dejaban de doblar, lo que unido al uso tan extendido del negro del luto daban a las calles una gran sensación de tristeza. Había misas a casi todas horas desde la madrugada y la iglesia estaba presidida por un gran túmulo que se instalaba con motivo del día.
Es verdad que lo relatado hasta ahora no tiene nada que ver con el contenido de este artículo, pero están tan relacionados el día de los Santos con el de los difuntos que no está de más, al menos a título informativo, incluir estas curiosidades que muchos de nuestros lectores posiblemente desconozcan. Pero como dice el poema “todo es según el color del cristal con que se mira”, vamos a cambiar la óptica de este mes y ver la otra parte que en realidad es la que nos ocupa.
Cuando Madrid estuvo más cerca del Cielo.
Los nombres de las calles o plazas no sabemos muchas veces de donde proceden, sobre todo en los pueblos antiguos. Hay algunas que nacen ya con el nombre puesto. Éstas son las que se forman en las inmediaciones de las Iglesias, de ahí que, en los municipios donde hay muchos templos, hay muchas calles con los nombres de los titulares de los mismos. En Álora hay pocos templos en el casco urbano, por lo que no se da esta circunstancia.
La fecha 22 de junio de 1484 es de un interés supremo para nuestra ciudad de Álora. Es el día en que las tropas de los Reyes Católicos, Isabel y Fernando, ganan esta población a los moros, y como consecuencia, debido a la festividad de dicho día de junio, San Paulino de Nola es proclamado Patrón de Alora. Independientemente de que la imagen de San Paulino ocupe un lugar excepcional en nuestra parroquia y que goce de bastante simpatía entre nosotros, la verdad es que no recibe las suficientes muestras afectivas. A los perotes nos fascina nuestra queridísima Virgen de Flores. Ella es La Virgen, La Madre, la dulcera, la belleza, la pureza, La que nos muestra al Niño en su mano, la que irradia cercanía y facilidad para dirigirnos a Ella y tantísimas cosas más.
Nace en Alora el 22 de octubre de 1883, hijo de Juan de Dios Navas Pérez y María Dolores Parejo López. La familia se traslada a Granada cuando él tenía siete años. Sobre nuestro escultor se podía estar escribiendo páginas y más páginas pero no es esta la idea.
Las Procesiones Magnas suelen representar la mayoría de los episodios importantes de la Pasión. También se les da el nombre de Entierros Magnos porque suelen desarrollarse en torno al Santo Entierro, es decir, desde La Entrada en Jerusalén hasta uno de los últimos momentos de la pasión, como El Santo Traslado ó El Descendimiento, para terminar con la Hermandad del Santo Sepulcro. Generalmente son el Sábado Santo, día en que es muy frecuente que salga la procesión del Santo Sepulcro en muchos municipios. El motivo por el que se celebran es para conmemorar un hecho muy especial que sucede ese año en la ciudad que lo organiza, generalmente efemérides. Puede que se deba a que tengan lugar el Sábado Santo, el que no sean muy conocidas por el público en general, cansado de toda una semana de procesiones.
Grandes artistas se han inspirado en el tema que nos ocupa. Como ejemplo tenemos esta extraordinaria pintura del renacimiento del alemán Alberto Durero (1471-1528).
El próximo día 25 de marzo la Iglesia celebra el día de la Encarnación o Anunciación. La Virgen de la Encarnación o Nuestra Señora de la Encarnación es una advocación mariana venerada en la religión Católica que representa a la Virgen María en el momento de la Encarnación. Esta Solemnidad se celebra junto con la Solemnidad de la Anunciación porque según la fe católica son acontecimientos casi inmediatos, ya que en la Anunciación el Ángel Gabriel le revela a la Virgen María que dará a Luz a un hijo por obra del Espíritu Santo, y ella finalmente responde: “Yo soy la esclava del Señor, que se cumpla en mi lo que has dicho”, en ese momento sucede la Encarnación, es por esto que la Iglesia celebra los dos acontecimientos el mismo día puesto que son casi simultáneos.