- Álora
Álora se encuentra coronando un pequeño cerro en la margen derecha del río Guadalhorce y en la ruta ferroviaria entre Málaga y Sevilla, Córdoba o Granada.
Las torres de su castillo, vigías en otro tiempo del trasiego de hombres y mercancías hacia las tierras del interior, por los dominios de Bobastro, destacan sobre la población que se cobija discretamente entre dos pequeños promontorios y el poderoso monte del Hacho (559 m).
Su término municipal se extiende por un amplio territorio en el que se localizan las grandes formaciones del relieve malagueño. Por el norte del Arco Calizo Central (la Cordillera Antequerana) ofrece paisajes espectaculares en la Sierra de Huma (1.191m) y en el Desfiladero de los Gaitanes (compartido con los vecinos municipios de Antequera y Ardales). Por el oeste de la Sierra de Aguas (949 m) prolonga hasta estas tierras el complejo montañoso de la Serranía de Ronda, aportando un paisaje de pinares que se extiende desde el río Guadalhorce hasta la carretera que une Álora con Carratraca. Al este del Guadalhorce, el paisaje es de formas suaves con pequeñas colinas ocupadas por cereal, algunos olivos y restos del viejo encinar; es el paisaje del corredor natural que cruza la provincia desde Periana hasta Álora separando la Cordillera Antequerana de los Montes de Málaga. Montes que también sobresalen en Álora por la mitad occidental del término con su característico paisaje laberíntico de lomas, cubiertas en su mayor parte por olivares, almendros y matorral. También puede incluirse Álora en el Valle del Guadalhorce, con paisajes recoletos de gran belleza a base de huertas de frutales, hortalizas y naranjales que cubren de verde el fondo del valle salpicado de numerosas casas de labor.
- Toponimia
Sus habitantes son conocidos como «perotes» (además de aloreños). Existen varias versiones del origen del término «perote», si bien el más conocido es por haber sido su primer regidor Don Pero, en tiempo inmediato posterior a la reconquista por la Reyes Católicos. Otra versión dice que llamaban a aquella zona «La Perosia».
- Historia
La historia de Álora se remonta a la Prehistoria en el Hoyo del Conde, a poco más de un kilómetro de la ciudad. El medio ecológico (caza, agua, protección natural) favorecía esta presencia hasta que los turdetanos de Tartesos y los fenicios descubrieron las grandes posibilidades comerciales de la zona. A estos últimos corresponden los cimientos del castillo, que más adelante aprovecharían los romanos fortificándolo. La presencia de Roma ha dejado importantes huellas en estas tierras, desde el miliario que señalaba la calzada romana en el que aparece la inscripción Municipium Iluritanum (año 79 adC) hasta diversos restos que prueban que Álora fue población romana con derecho latino, con el nombre de Iluro.De Álora, salieron gobernantes y militares que dieron gloria al Imperio, familias de relieve que dejaron huellas de su presencia en la propia Roma. Durante la época visigoda debió construirse el núcleo de la fortaleza, que posteriormente remozarían y ampliarían los árabes, que tras su entrada en la Península llegarían muy pronto a Álora. De este período hay que destacar la rebelión de Omar Ben Hafsun, y que por la proximidad de Bobastro (su plaza fuerte) tuvo que afectar de forma importante a estas tierras. Durante toda la Edad Media los reyes cristianos intentaron en vano tomar la villa de Álora, que resistía uno tras otro todos los ataques. En uno de éstos murió al pie de las murallas, en 1434, el Adelantado de Andalucía Don Diego de Rivera, trágica noticia que se encargó de difundir el Romancero con conocido Romance de Álora que se reproduce íntegramente en una placa del Castillo.La plaza cayó en 1484 en manos de las tropas de los Reyes Católicos. Los siglos XVI y XVII dieron a Álora notable prosperidad favorecida por la presencia de numerosas personas ilustres que vivieron aquí o vinieron a visitarla.En el año 1628 Álora se segrega del municipio de Málaga, según acta firmada por Felipe IV, cuyo original se conserva en el archivo municipal, finalizando con la aseveración de que Álora se segregaba «Para siempre jamás».Según el catastro del Marqués de la Ensenada, Álora contaba en el siglo XVII con 500 habitantes entre los que había 28 presbíteros y 8 minoristas, sin contar ermitaños ni frailes del Convento de Flores. Todo hace suponer que la iglesia debía poseer cuantiosas riquezas. La desamortización de Mendizábal privatizó estos bienes, desapareciendo fundaciones y capellanías. La iglesia quedó empobrecida, habiendo perdido casi todos sus bienes.Durante la invasión francesa, en Álora se dieron episodios de patriotismo propios de la Guerra de la Independencia. En la torre de la iglesia aún quedan los impactos de bala que derribaron la placa conmemorativa de la Constitución de Cádiz; disparos efectuados por un escuadrón de la caballería francesa, que el día 1 de agosto de 1823 destituyó el Ayuntamiento Constitucional. El siglo XIX, en la historia de Álora, tiene escaso relieve exterior. Estuvo marcado, como en toda España, por luchas intestinas entre absolutistas y constitucionalistas, carlistas e isabelinos, progresistas y moderados y republicanos y monárquicos. Con los comienzos del siglo XX, de casi idénticas características que el XIX, se inician las emigraciones, sobre todo a América. Las décadas de los 40 y 50 fueron difíciles y de reconstrucción tras la Guerra Civil Española.
En los años 1960s Alemania, Australia y Suiza acogen a los emigrantes Perotes.
En 1979 se celebran las primeras Elecciones Municipales Democráticas, que gana U.C.D. (Unión de Centro Democrático), siendo el primer alcalde, el candidato socialista D. Pedro Aranda Cuenca.
- Gastronomía
Son muchos los platos derivados de la riqueza hortofrutícola de las tierras del valle, pero entre los más conocidos hay que citar las sopas » perotas «, que se suele acompañar de frutas del tiempo. Por lo demás, otras creaciones del lugar son los bolos, el majillo de espárragos, una especie de gazpacho al que llaman pimentón, y el calabacete. En repostería, las empanadillas de polvo de batatas, los roscos de puerta de horno y el helado de avellana, especie de horchata muy propia.
- Fiestas y tradiciones
Semana Santa. Durante el Viernes Santo tiene lugar la ceremonia de » la Despedia «, en la que las imágenes de la Dolorosa y Jesús Nazareno se saludan mediante una maniobra de sus respectivos tronos y portadores.Las fiestas patronales en honor de San Paulino, patrón de la villa, se celebran a principio de agosto, con feria de ganado y numerosos actos populares.
En el mes de julio tiene lugar el festival de cante flamenco y el domingo siguiente al 8 de septiembre, la romería al convento de Ntra. Sra. de las Flores.
Entre las tradiciones del folklore local figuran el fandango de Álora, los bailes lugareños que nunca faltaban en celebraciones familiares, los cantes del arado y trilla y los del columpio. Álora está considerada como la cuna de la malagueña.
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- Castillo Árabe.
Está situado en el Cerro de Las Torres. Desde el exterior del castillo podemos disfrutar de unas extraordinarias vistas del Valle del Guadalhorce. El castillo fue declarado monumento nacional en el año 1931. Fue construido por los árabes, durante la Edad Media, aunque sus orígenes son fenicios y romanos. Su construcción se realizó en diversas etapas: durante el Emirato, la parte más sólida. Durante los Califatos, la elevación de la construcción. Durante los Reinos de Taifas, la parte más frágil. La torre de la puerta de ingreso da entrada al recinto amurallado, a la cual se accede por un arco de herradura, único en occidente. En el castillo se distinguen dos recintos diferenciados. El primero, regular y homogéneo (recinto superior) con 6 torres cuadradas, construido en la época Califal. Por el contrario, el segundo recinto es mucho más irregular. Debió de estar formado por muros que rodeaban al primer recinto. Casi todos han desaparecido. Entre ambos recintos, se pueden encontramos una torre cuadrada llamada Torre de la Vela con planta cuadrada y dividida en tres cuerpos que van decreciendo en altura a medida que van subiendo. Destaca en este castillo la Capilla del Nazareno, cuya peculiar trayectoria histórica la sitúa en la principal mezquita en época árabe. Tras la conquista en época cristiana fue convertida en la iglesia dedicada a la advocación de Nuestra Señora de la Encarnación. La primitiva parroquia empezó a construirse tras la conquista y para la fecha de 1492 ya estaba construida totalmente. Esta antigua parroquia es de estilo gótico y estaría compuesta por tres naves. Lo que ha quedado hasta nuestros días de aquella primera iglesia parroquial ha sido el altar mayor que es de planta cuadrada con pilares inundados de junquillos y nervaduras que ascienden para desembocar en una bóveda estrellada. Desde 1641 preside el altar de esta vetusta iglesia el Nazareno de las Torres, imagen que desapareció durante la Guerra Civil. Durante nueve años la capilla se mantuvo sin culto hasta que en 1945 llegó una nueva imagen realizada por el perote Navas Parejo que presenta un Nazareno ligeramente inclinado por el peso de la Cruz. Desde 1953 está acompañado por la Virgen de las Ánimas (obra del mismo autor y que fue concluida por su hijo a causa de su muerte). También podemos ver la llamada Torre del Homenaje, que es la más elevada de todo el recinto superior y la única reconstruida. El Adelantado de Andalucía, Diego Gómez de Ribera, llegó aquí en 1434 al frente de sus tropas, que se rindieron ante la ciudad cuando el adelantado cayó muerto delante de las murallas. Estas escenas darían lugar al conocido romance fronterizo que ha llevado el nombre de esta ciudad por todo el mundo y que podemos ver escrito en la entrada del castillo.
Álora, la bien cercada,
Tú que estás en par del río,
cercóte el Adelantado
una mañana en domingo,
de peones y hombres de armas
el campo bien guarnecido;
con la gran artillería
hecho te habían un portillo.
Viérades moros y moras
subir huyendo al castillo;
las moras llevan la ropa,
los moros harina y trigo,
y las moras de quince años
llevaban el oro fino,
y los moricos pequeños
llevan la pasa y el higo.
Por encima del adarve
su pendón llevan tendido.
Allá detrás de una almena
quedado se había un morico
con una ballesta armada
y en ella puesto un cuadrillo
en altas voces diciendo,
que del real le han oído:
-«¡Tregua, tregua, Adelantado
por tuyo se da el castillo!»
Alza la visera arriba
Por ver el que tal le dijo,
asestárale en la frente
salido le ha al colodrillo.
Sacóle Pablo de rienda
Y de mano Jacobillo,
estos dos que había criado
en su casa desde chicos.
Lleváronle a los maestros
Por ver si sería guarido;
a las primeras palabras
el testamento les dijo.
- Iglesia Parroquial de Nuestra Señora de la Encarnación (siglo XVII)
Situada en la Plaza Baja de la Despedía. Es un símbolo para el pueblo junto con el Castillo Árabe. Es una de las iglesias más grandes de la diócesis, después de la Catedral de Málaga. Estaba ubicada al principio encima de lo que fue la mezquita del castillo. A medida que el pueblo iba variando de situación y el vecindario iba aumentando, se impuso la necesidad de tratar la construcción de otra iglesia parroquial mejor situada. Se acordó la edificación en la Plaza Baja de la Despedía. Su construcción duró casi un siglo, entre 1600 y 1699. La iglesia presenta una planta rectangular con 3 naves separadas por robustas columnas toscanas, de módulo chato, que voltean arcos de medio punto de rosca moldadura en cuyas enjutas aparecen pinturas de los apóstoles. Tres imágenes son las muestras escultóricas más relevantes: Jesús Crucificado, obra de Navas Parejo, que preside el Altar Mayor; una Dolorosa, anónima del S. XVII, en la nave de la Epístola y, en la del Evangelio, un San Francisco de Asís, en madero policromada. En pintura podemos destacar, en la Capilla Mayor, el Descendimiento de la Cruz y el Purgatorio; y en las naves laterales, la Concepción de Nuestra Señora, la Crucifixión y S. Ildefonso.
- Santuario del Convento de Nuestra Señora de Flores (siglo XVI)
El Santuario de Nuestra Señora de Flores está en las afueras, a unos 2 km del casco urbano de Álora, dirección Carratraca. Desde este lugar se puede disfrutar de un maravilloso y único paisaje. A la izquierda, la Sierra de Abdalajís; enfrente, Virote y El Chopo. Al fondo, El Torcal. Y detrás, el Monte Ancho, Sierra de Aguas y el Santuario. Esta obra es del S. XVI. A finales del mismo, los Franciscanos Recoletos, de la mano de fray Diego Gómez fundan el convento. Estos permanecen en él hasta 1835 en que, exclaustrados por la Desamortización de Mendizábal, lo abandonan. La Iglesia posee una sola nave en cuyo altar mayor hay un camarín de estilo barroco con interesantes yeserías en el que está situada la imagen de la Virgen de Flores. Esta fue traída por los hijos de Encinasola que acompañaban a los Reyes Católicosdurante la conquista. Esta imagen data de finales del S. XVII y ha sido muy restaurada. Es copatrona de Álora, conjuntamente con la Virgen de la Cabeza.
- Iglesia de la Veracruz
Está situada en la calle Veracruz. Se remonta al S. XVI, cuando fue levantada para conmemorar la victoria sobre los moriscos sublevados. Su construcción se financió con la venta de doce moriscos. La fachada está dividida en tres cuerpos. En el primero, la portada se encuentra descentrada en cuanto a la fachada. En el segundo cuerpo tenemos unas líneas que sobresalen conduciéndonos hasta los pináculos del tercer cuerpo. Éste último cuenta además con una espadaña con un solo vano para albergar la campana que está datada en el S. XVIII. Esta iglesia ha sufrido numerosas restauraciones que han hecho que modifique en un alto porcentaje su estado original.
- Ermita de Santa Brígida
Construida en el S. XVI. Se encuentra en la Barriada de la Estación. Aquí se venera la imagen de Nuestra Señora de la Cabeza, copatrona de Álora, junto con la Virgen de Flores. La entrada, que cuenta con un arco de medio punto, está adornada por un zócalo de ladrillos y la espadaña tiene dos voladizos curvos en ambos laterales que finalizan en un pináculo cada uno. También podemos disfrutar del maravilloso e interesante fresco que hay en su interior.
- Ermita de las Torres
Integrada en el propio castillo árabe, conserva una estructura del s. XV gótico tardío, en el que están las imágenes de nuestro Padre Jesús Nazareno de las Torres y la Virgen Santísima de las Animas.
- Museo de Álora Rafael Lería
La memoria de Álora se guarda en el Museo Municipal Rafael Lería, magnífico lugar para conocer la historia y el patrimonio artístico. Está situado en la Escuela de Cristo, edificio anexo a la Parroquia de la Encarnación, en la Plaza Baja de la Despedía. Posiblemente fue la capilla del desaparecido Hospital de San Sebastián. Se puede ver una selección de piezas arqueológicas que recorren la historia de Álora.
- Cruz del Humilladero
Pequeño edificio cerca del Convento de Flores que conmemora la entrega simbólica de las llaves de Álora por el último alcalde árabe a los Reyes Católicos en 1484.
- Monumento al cante por la Malagueña
Este monumento es elegido para poner en valor el flamenco y en reconocimiento a este palo del cante, esencialmente malagueño, nacido en Álora: “Cuna de la Malagueña”. La obra es la idealización de una alegoría flamenca. En la construcción se ha empleado bronce, hierro y piedra. La base de la fuente es un pilón de cantos rodados del río Guadalhorce, a través de los cuales mana el agua, simbolizando el carácter de nacimiento y manantial que Álora representa en este palo del cante flamenco. De este estanque se eleva un monolito de piedra, al que se adhieren otras piedras que llevan el nombre de grandes cantaores por Malagueña: El Canario, El Perote, Ángel de Álora, Pena Padre, Pena Hijo, El Pibri, Chacón, La Peñaranda, El Mellizo, La Trini y Juan Breva, que simbolizan los pilares de este palo del cante. Corona el monolito una escultura en bronce compuesta por una guitarra abrazada a un mantón, desde la cual baja una cascada de agua derramándose sobre las piedras. Rodeando la fuente, completa este conjunto artístico una baranda a modo de pentagrama con las notas musicales de una malagueña. Cuatro grandes farolas ornamentales y un haz de luces ilumina y llena de color el Monumento. Para realzar su importancia está ubicado en la entrada de Álora, frente al Teatro Cervantes y con unas maravillosas vistas del Valle del Guadalhorce. Junto al Monumento, un olivo centenario testifica tanto honor y privilegio.
- Museo Bachiller y Aljibe
El lugar es conocido por los más mayores de Álora como Posada de Subires. El nombre del molino proviene del primer propietario, el Bachiller Gonzalo Pérez, persona muy influyente en la Álora del siglo XVI, siglo al que pertenece el molino de aceite. El aljibe es uno de los elementos que integran el Molino.
- Ermita del Calvario
Un rayo destruyó la primitiva ermita que existía donde ahora está la actual. Está situada en la calle Calvario. Ermita contemporánea creada para albergar a Nuestro Señor del Huerto, talla escultórica realizada por Luis Álvarez Duarte.